Todos los seres vivos compartimos compuestos, moléculas comunes que forman parte de lo que conocemos como nutrientes y cuya finalidad es la obtención de energía y como materia prima para la formación de órganos y tejidos. Seguramente has escuchado hablar de ellos, son los carbohidratos, los lípidos o grasas y las proteínas. Estos compuestos, se encuentran en todos los seres vivos y por eso se le llaman metabolitos primarios.
Pero
hay otro grupo de compuestos, muy diferentes entre sí, que son elaborados por
los animales, hongos, microorganismos y plantas para adaptarse al medio
ambiente y defenderse de otros organismos.
Así,
las plantas han creado compuestos que las ayudan a defenderse de infecciones
bacterianas o virales, otros compuestos para protegerse de la radiación
ultravioleta de la luz solar y que también son útiles para atraer insectos o
aves para asegurar la polinización. Estas son algunas de las funciones, por
ejemplo, de los compuestos que les dan colores vivos e intensos a las flores.
Pero también, producen compuestos que son para defenderse de los animales y
evitar que se las coman o que las ataquen algunos insectos.
Estos
compuestos son propios de algunas plantas solamente pues cada especie produce
su propio arsenal de compuestos de adaptación y defensa que pueden ser
diferentes de los compuestos producidos por otras especies. Por ser propios de
especies particulares y tener una función específica de defensa o adaptación, estos compuestos se les
denomina metabolitos especializados, y se han
identificado como los responsables de las acciones tóxicas o terapéuticas de
las plantas medicinales.
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