Por Ronna Delgado Altamirano
Melissa officinalis L.
El toronjil es también conocido
con los nombres comunes de sándalo, citronela, limoncillo, hoja de limón o
melisa. Su nombre científico es Melissa officinalis. Es una hierba de
hasta 1 m de altura, nativa del sur de Europa. Sus hojas son ovaladas de hasta
9 cm de largo y 7 cm de ancho y presentan pequeños vellos sobre ellas. Florece
en verano, presentando flores blancas, lilas o moradas de 1.2 cm de longitud; las
cuales son atractivas para las abejas, de ahí el nombre Melissa, que en
griego significa abeja melífera. Es una hierba bastante resistente con poca
demanda de sol. Requiere de un suelo arcilloso que le permita mantener los
nutrimentos necesarios para su crecimiento y desarrollo. En México crece en
regiones de climas templados a cálidos.
Figura 1. Toronjil (Melissa officinalis L.) Foto de la izquierda de Christine Jones© (https://www.naturalista.mx/observations/51608922) Foto de la derecha superior de © Konstantinos Kalaentzis (https://www.naturalista.mx/observations/99979828) Foto de la derecha inferior de © Brodie Cass Talbott (https://www.naturalista.mx/observations/10554541)
El toronjil es una planta ampliamente
apreciada tanto por sus características aromáticas como por sus propiedades
medicinales, las cuales datan desde el siglo I d.C. Estas propiedades abarcan
el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso central, problemas
respiratorios y cardiovasculares, varios tipos de cáncer, potenciador de la
memoria, antidepresivo, relajante, anti-estrés y como auxiliar en la inducción
del sueño.
Actualmente, ha sido incluida en
las farmacopeas herbolarias Iraní, Británica y Europea, como una planta
indicada con usos medicinales. Esto ha favorecido que diversos grupos de
investigación a lo largo del mundo realicen investigaciones de carácter
científico sobre los compuestos que ejercen esa actividad medicinal, así como
los mecanismos por los cuales actúan, proveyendo de información que sustenta su
uso y que, a la vez, descubre otros beneficios y evalúa su seguridad. Dentro de
las propiedades que han sido ratificadas por estudios científicos se
encuentran: antioxidante, hipoglicémica (disminuye los niveles de glucosa en
sangre), hipolipidémica (disminución de los niveles de triglicéridos y
colesterol en sangre), antimicrobiana, anticancerígena, antidepresiva,
ansiolítica (disminuye los niveles de ansiedad), antinociceptivo (disminuye la
capacidad de percibir el dolor), antiinflamatoria, antidepresiva, antiespasmódica,
neuroprotectora, cardioprotectora, analgésica, antiviral, antifúngica (elimina
hongos).
El toronjil presenta una gran
variedad de compuestos, que van desde monoterpenos y sesquiterpenos, como el
citral A, el α–cadinol, el neral, el (E)-cariofileno y el óxido de
cariofileno, que le confieren las notas aromáticas tan características y
también poseen propiedades antimicrobianas, anti-inflamatorias e insecticidas.
También presenta algunos triterpenos como el ácido ursólico y el ácido oleanólico,
que poseen actividad anti-hipertensiva, regenerativa, anticancerígena y
antioxidante. Dentro de los compuestos fenólicos se encuentran el ácido
rosmarínico, el ácido ferúlico, el ácido clorogénico, la rutina y el
cinarósido, cuyas principales actividades biológicas son la anti-inflamatoria y
la antioxidante.
Figura 2. Compuestos mayoritarios en los extractos de toronjil (Melissa officinalis). (Ronna Delgado Altamirano ©)
De todas estas actividades biológicas se ha observado que los extractos y el aceite esencial de toronjil pueden tener un efecto sinérgico con diversos fármacos y antibióticos, es decir, ayuda a potenciar su efectividad. Lo que en ocasiones puede ser favorable, como en el caso de infecciones con bacterias que se han vuelto resistentes a antibióticos. No obstante, es importante tener esta información en consideración, para evitar casos de toxicidad.
Es importante mencionar, que el
toronjil ha sido estudiando desde un enfoque científico como una planta
medicinal, no sólo considerandos sus extractos o su aceite esencial, sino que
se ha buscado la forma de optimizar sus propiedades farmacológicas, a través de
nuevos sistemas de administración de medicamentos, además de cápsulas,
comprimidos, pomadas, cremas, etcétera; como lo son micelas, nanopartículas,
liposomas, redes poliméricas, entre otros. Esto abriría la oportunidad de
realizar terapias dirigidas específicamente a los sitios de acción necesarios
como son tumores, infecciones virales (como hepatitis), enfermedades hepáticas;
o en terapias de acción prolongada y sostenida.
Referencias:
1. Shakeri, A., Sahebkar, A. &
Javadi, B. Melissa officinalis L. - A review of its traditional uses,
phytochemistry and pharmacology. J. Ethnopharmacol. 188, 204–228
(2016).
2. Petrisor, G. et al. Melissa
officinalis: Composition, pharmacological effects and derived release
systems—A Review. Int. J. Mol. Sci. 23, (2022).
3. Naturalista. Melissa officinalis.
https://www.naturalista.mx/taxa/59901-Melissa-officinalis.